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ICR eleva clasificación de solvencia y bonos de CSAV

El alza en el rating asignado a la Compañía desde BBB/Estable hasta BBB+/Estable responde, principalmente, al buen desempeño operacional de Hapag-Lloyd, en la cual Vapores mantiene un 30% de participación.

 

Santiago, 17 de Diciembre de 2020. La clasificadora de riesgo ICR modificó al alza la categoría de clasificación de solvencia y bonos de Compañía Sud Americana de Vapores (CSAV) de BBB/Estable a BBB+/Estable, debido a las mejoras operacionales que continúa evidenciando Hapag-Lloyd, quinta naviera a nivel mundial y en la cual CSAV mantiene un 30% de participación.

ICR destaca que, aún en un año altamente desafiante para la industria, Hapag-Lloyd mantuvo su favorable evolución operacional, reportando un crecimiento de 20,4% en su EBITDA al tercer trimestre de 2020, permitiéndole continuar con su desapalancamiento. Incluso, la naviera alemana mejoró nuevamente en diciembre su presupuesto informado para este año, con un EBITDA que se ubicaría en un rango entre 2.600 y 2.700 millones de euros.

Dado lo anterior, la clasificadora de riesgo afirmó que esto tendría efectos positivos en el flujo de dividendos recibidos por CSAV, los cuales se proyectan con mayor solidez y estabilidad en el largo plazo, y “teniendo en cuenta que la materialización del aumento de capital por US$ 350 millones permitiría a la compañía retornar a niveles de endeudamiento bajos, es que modificamos al alza el rating asignado a la compañía”.

Óscar Hasbún, gerente general de CSAV, valoró el cambio de clasificación, “el cual reafirma la sólida posición de la Compañía como un atractivo vehículo de inversión para obtener exposición a la naviera alemana. A pesar de los desafíos que impuso la contingencia sanitaria, Hapag-Lloyd mantiene su posición como una de las navieras más eficientes de la industria, ratificando nuestro compromiso a largo plazo y nuestra confianza en su estabilidad financiera”.

En cuanto a la industria naviera, ICR aseguró que se encontraría en mejor posición respecto de la crisis anterior gracias a una mayor fortaleza de la oferta, la cual ha racionalizado su crecimiento posterior a la crisis subprime.